La pandemia del coronavirus provoca el declive de las sociedades en el mundo
La pandemia del coronavirus sigue su camino infernal por el mundo a un año de su descubrimiento y hace añicos la salud de todos los sectores, incluido el de los medios de comunicación.
La aguda crisis de salud acelera el declive de los periódicos impresos, lo cual impacta aún más en los balances de muchas empresas de medios alguna vez orgullosas e independientes.
Este año las páginas que analizan cada país están repletas de historias sobre despidos de periodistas, mientras los anunciantes se asustan frente a la recesión económica mundial.
La crisis ha acelerado nuevos modelos de negocios como la suscripción y la membresía, tal como documentamos en este informe, pero en la mayoría de los casos todavía ni siquiera se acerca a compensar los ingresos perdidos. Y sin embargo la crisis también ha mostrado el valor de la información rigurosa y fiable cuando hay vidas en juego.
La pandemia del coronavirus sigue su camino infernal por el mundo a un año de su descubrimiento y hace añicos la salud de todos los sectores, incluido el de los medios de comunicación.
La aguda crisis de salud acelera el declive de los periódicos impresos, lo cual impacta aún más en los balances de muchas empresas de medios alguna vez orgullosas e independientes.
Este año las páginas que analizan cada país están repletas de historias sobre despidos de periodistas, mientras los anunciantes se asustan frente a la recesión económica mundial.
La crisis ha acelerado nuevos modelos de negocios como la suscripción y la membresía, tal como documentamos en este informe, pero en la mayoría de los casos todavía ni siquiera se acerca a compensar los ingresos perdidos.
Y sin embargo la crisis también ha mostrado el valor de la información rigurosa y fiable cuando hay vidas en juego.
En varios países vemos a las audiencias volcándose hacia las marcas confiables y atribuyendo mayor confianza a los medios en general.
La diferencia entre “los mejores y el resto” ha crecido, al igual que la brecha de confianza entre los medios y las redes sociales. Por supuesto, estas tendencias no son universales y el informe (Digital News Report) de este año también expone preocupantes desigualdades tanto en consumo como en confianza: jóvenes, mujeres, personas de minorías étnicas y partidarios políticos a menudo se sienten menos representados de forma justa en los medios.
El ataque al Capitolio de EU y la difusión global de información falsa y de teorías conspirativas sobre el coronavirus han puesto el foco aún más si cabe en las fuentes con las que se informa la fuente, por lo que este año hemos emprendido una investigación detallada para comprender el papel que desempeñan las redes sociales en el consumo y las complejas formas en que son usadas para diseminar información engañosa y falsa por todo el mundo.
Esta décima edición de nuestro Digital News Report, con datos de seis continentes y 46 mercados, pretende arrojar luz sobre los asuntos clave que afronta el sector en una época de profunda incertidumbre y veloces cambios.
Nuestra muestra se ha hecho más global. Incluye por primera vez a la India, Indonesia, Tailandia, Nigeria, Colombia y Perú, y proporciona una comprensión más acabada sobre cómo funciona el ecosistema informativo fuera de Estados Unidos y Europa.
Hemos procurado nuevas formas de reflejar esto, pero reconocemos que ciertas comparaciones serán menos significativas debido a las diferencias en cuanto a la penetración de internet y a la educación. El panorama general se recoge en este resumen ejecutivo.
Estos son algunos de los hallazgos más importantes de nuestra investigación en 2021:
La confianza en las noticias se ha incrementado, en promedio, seis puntos porcentuales con la pandemia: el 44% de nuestra muestra total dice que confía en la mayoría de las noticias la mayor parte del tiempo.
En alguna medida, esto compensa recientes caídas en el promedio de confianza y se recuperan los niveles de 2018. Finlandia se mantiene como el país con la confianza más alta (65%) y Estados Unidos posee la cifra más baja: 29%.
En este año ha permanecido estable la confianza en las noticias halladas en motores de búsqueda y en redes sociales. Esto implica que se ha incrementado la brecha de confianza entre las noticias en general y las que se encuentran en entornos de agregación: las audiencias parecen dar más importancia a las fuentes rigurosas y fiables.
En algunos países, y sobre todo en aquéllos que tienen medios públicos fuertes e independientes, hemos visto un aumento en el consumo de marcas informativas confiables.
El patrón resulta menos claro fuera de la Europa occidental, en países donde la crisis del coronavirus ha dominado menos la agenda mediática o allí donde otros asuntos políticos y sociales han tenido un rol más protagonista.
Las noticias por televisión han sostenido un sólido rendimiento en algunos países mientras los periódicos han sufrido una caída aún más brusca en casi todas partes, ya que los confinamientos afectaron la distribución física, y de este modo han acelerado el cambio hacia un futuro completamente digital.
Si bien muchas personas permanecen muy conectadas con la información, detectamos indicios de que otras se alejan de los medios y en ciertos casos directamente evitan las noticias. El interés ha descendido de forma pronunciada en Estados Unidos tras la elección del presidente Biden, en especial entre los grupos de derechas.
Se percibe que los medios representan de forma menos justa a jóvenes, mujeres, partidarios políticos y personas de minorías étnicas. Estos hallazgos harán más urgente la llamada de quienes vienen planteando la necesidad de crear redacciones más diversas e inclusivas.
A pesar de que hay más opciones para leer y ver noticias partidistas, la mayoría de nuestros encuestados (74%) siguen prefiriendo las noticias que reflejan un abanico de puntos de vista y permiten que ellos decidan por sí mismos qué deben pensar.
Un porcentaje alto (66%) cree que los medios deberían tratar de ser neutrales en todos los temas, aunque algunos grupos más jóvenes piensan que la “imparcialidad” puede no ser apropiada o deseable en ciertos casos: por ejemplo, en asuntos de justicia social.
Se mantiene fuerte el uso de redes sociales para consumir noticias, sobre todo entre los jóvenes y quienes poseen niveles educativos más bajos. Las aplicaciones de mensajería como WhatsApp y Telegram se han vuelto especialmente populares en el Sur Global, lo cual ha generado más inquietud en torno a la propagación de desinformación sobre el coronavirus.
La preocupación global por la información falsa y engañosa ha crecido ligeramente este año y va desde un 82% en Brasil a sólo un 37% en Alemania. Los usuarios de redes sociales son más propensos a decir que han estado expuestos a desinformación sobre el coronavirus que quienes no son usuarios.
En casi todas partes se percibe a Facebook como el canal principal de diseminación de información falsa, aunque las aplicaciones de mensajería como WhatsApp se consideran un problema mayor en lugares del Sur Global como Brasil e Indonesia.
Nuestros datos indican que medios y periodistas convencionales concentran la mayor parte de la atención alrededor de las noticias tanto en Facebook como en Twitter, pero son eclipsados por influencers y fuentes alternativas en redes como TikTok, Snapchat e Instagram. TikTok ahora llega a una cuarta parte (24%) de los menores de 35 años, un 7% utiliza la plataforma para las noticias y la mayor penetración ocurre en lugares de Latinoamérica y Asia.
Profundamente conectados, han adoptado las nuevas redes como Instagram y TikTok para entretenerse y distraerse y para expresar su furia política, pero también para contar sus propias historias, a su manera. Atraer a estas audiencias resulta un reto para los medios, en su mayoría integrados por periodistas que consumen noticias de forma completamente diferente.
Esta décima edición del Digital News Report llega en un momento de inmenso desafío para la industria periodística. Año tras año hemos sido testigos de la transformación hacia un consumo más digital, social y móvil, que poco a poco ha ido socavando los modelos de negocio y la confianza de varios medios.
Ahora, el impacto del COVID-19, combinado con la aceleración del cambio tecnológico, mueve todo hacia un punto crítico y obliga a una reflexión más esencial sobre cómo debe funcionar el periodismo en la próxima década: como negocio, en términos de tecnología, pero también como profesión.
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Fuente: Digital News Report
Edición: Juan Balboa
2 julio 2021.