Anecdotario: ¡¡¡Agarren a López por Pillo!!!
Juan Balboa
Corrían los primeros años de los ochenta, años de bonanza petrolera, de descaro presidencial, excentricidad y extravagancia.
Los jóvenes buscaban alternativa de un nuevo baile, otra forma de danzar, multiplicidad de modas; los centros nocturnos se hicieron bañar de luces en sus marquesinas y, desde luego la música era en su mayoría bailable.
Así nació el famoso Castillo del Yorsi y sus dos famosas discotecas (La Jirafa y Marbella), desde luego un lugar para tomar el alcohol antes de subir a bailar. Fue la primera de su tipo.
La extravagancia no sólo se palpaba en la vida nocturna de la Ciudad de México. En el día aparecía la extravagancia de los políticos. Eran la época de José López Portillo y la famosa “Colina del Perro”, ubicada sobre la avenida Paseo de los Laureles número 350, en la Ciudad de México.
López portillo ya era un personaje de la vida cotidiana no por ser presidente, más bien por sus locuras y extravagancias. Lo hechos y dichos por Jolopo les alumbró el foco a tres grandes cómicos ( Héctor Lechuga, Salinas y el Loco Valdés) que sin chistar subieron a la marquesina del Teatro Fru Fru (propiedad de la chiapaneca Irma Serrano) la obra que se titulaba “Agarren a López por Pillo”.
El público que asistió no paraba de reír, muchos salían al Vestíbulo (Loby) a limpiarse las lágrimas de tantas risas; otro más se tapaban la boca con sus pañuelos, las mujeres se pasaban los dedos por la cabeza para impedir que el carísimo peinado se volviera un cañaveral en época de zafra. En el teatro Fru Fru todo era divertido, lo mismo enfocabas los tuyo ojos en los tres cómicos como con los asistentes que muchos, seguramente, no pudieron evitar hacerse en sus propios pantalones.
Fue todo un éxito.