El sacerdote Gonzalo Ituarte fiel a la opción por los pobres y la Teología de la Liberación en AL
Juan Balboa
El padre dominico Gonzalo Ituarte Verduzco, vicario de Justicia y Paz de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas local, recibió la medalla “Fray Bartolomé de las Casa” que confiere el ayuntamiento Constitucional de la ciudad colonial de Chiapas por su trabajo en defensa de los derechos humanos.
Fue un gran impulsor de la opción por los pobres, la Teología de la Liberación en América Latina (nacida en Perú y Brasil), las posibilidades de reforma de la Iglesia en el pontificado de Francisco, la cercanía de la Iglesia de Chiapas a las comunidades insurgentes zapatistas, pero sobre todo el conflicto por la ordenación de diáconos permanentes en Chiapas.
Gonzalo Ituarte fue el brazo derecho del obispo Samuel García en la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y se convirtió en el gran negociador de graves conflictos indígenas y ladinos que los tres pisos de gobierno –municipal, estatal y federal- se pronunciaron incompetentes de lograr una negociación directa, aceptando que no tenían la capacidad suficiente.
El primer gran acuerdo que logró el padre Gonzalo Ituarte, Provincial de la Orden de los Dominicos en México, fue con los guatemaltecos que huían de la llamada “Tierra “Arrasa” que atravesaron la frontera para formar lo que sería el primer campamento de refugiados chapines: “Las Hamacas”.
Cabe recordar que La Trinitaria colinda al norte con el municipio de La Independencia, al sur con el de Frontera Comalapa y con Chicomuselo, al oriente colinda con Guatemala y al poniente con los municipios de Tzimol y Comitán.
Eran cientos de chapines que huían de la dictadura del general Efraín Ríos Montt y su política de “Tierra Arrasada”, la cual consistía en desaparecer aldeas completas e indefensas con pobladores dentro de las viviendas que incendiaban, se quemaron cultivos y se sacrificó a animales domésticos.
Otro de los graves conflictos en el que fue mediador Gonzálo Ituarte es la masacre de Acteal, municipio de Chenalhó, en donde los paramilitares priistas de Queshtic, Chimish, Bajoveltik, Pechiquil, Los Chorros, Puebla, Kanolal y La Esperanza se coordinaron para arrasar con la empobrecida comunidad de Acteal.
El presidente municipal de Chenalhó era Jacinto Arias Cruz y apoyaba a la organización conocido como Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (FCRN), ya desaparecida, que organizaba y apoyaba a los paramilitares.
El dominico Ituarte fue miembro de la ya desaparecida Comisión Nacional de Intermediación (Conai) y ocupó distintas posiciones en la diócesis de San Cristóbal de Las Casas durante tres décadas, en el obispado de Samuel Ruiz García
Hace unos tres años sostuve una larga entrevista con el padre Gonzálo que ahora comparto un resumen con los lectores de mi diario digital y mis redes sociales.
El vicario de Justicia y Paz, Gonzalo Ituarte, recuerda que en la zona de Chenalhó se mantienen rencores y divisiones, pero reitera durante la entrevista que en las regiones indias renació el modelo de guerra de baja intensidad, la contrainsurgencia, porque quienes formaron los grupos paramilitares les dieron poder político y económico a estos grupos.
“En el caso de Acteal fue encarcelado un grupo de ellos, después liberado, retomando presencia en la región de los Altos y el norte del estado. Todo esto, además de una situación nacional de ingobernabilidad, de muchos territorios no controlados por el Estado, genera este tipo de situación”, afirma.
Sostiene durante la entrevista:
“Hay un hartazgo, hay irritación, se siente una resistencia consciente a una serie de dimensiones que está teniendo el proyecto neoliberal. Que con las famosas reformas en realidad trastocan todo el modelo de desarrollo nacional, lo ponen a los intereses trasnacionales, usan criterios que son útiles para otro tipo de sociedades y al tratar de imponerlo en estas zonas.
“Que son más sensibles, aguda aquí la pobreza, más grande la desigualad, más visible la injusticia, y mucha más relación con la tierra.
“La defensa de la madre tierra, de las aguas, de los ríos, la resistencia a las carreteras destructoras, que así lo ven los indígenas, muestran que se lanza un modelo que está a servicio de otros intereses de desarrollo, ajeno al que tuvo el México con sus limitaciones y sus fallas hasta que entra el neoliberalismo en juego. Me parece que ahora los dos focos visibles son educación y salud”.
Continúa:
“Paralelamente los maestros y su lucha que está muy centrada en el sindicato y sus intereses, pero están impugnando la reforma porque al fin de cuenta lo que está en juego es el tipo de educación que se va a generar. Y una educación impuesta y generada en un modelo como el que viene en la ley es sumamente amenazante”.
Fray Gonzálo Ituarte habla también de las reservas ecológicas.
“La misma ciudad de San Cristóbal se moviliza defendiendo las reservas ecológicas. Tratando de resistir al avance de negocios de políticos que adquieren tierras, adquieren posibilidades y se dedican ampliar sus posiciones y a construir en zonas que están reservadas por ser ecológicas.
Hablo de la falta de medicina para los indígenas. “Pongo este ejemplo del problema de salud porque sucede que la gente está llegando a la diócesis a pedir medicina. Seguro van a las instituciones de salud y no hay medicina y no pueden operarse.
Pienso que todas estas imposiciones de reformas con una visión trasnacional, más la corrupción, más la corrupción de los partidos que al irrumpir en el mundo indígena lo hicieron con extrema imprudencia.
Se le hace un cuestionamiento: ¿Hay falta de capacidad de gobierno, falta de atención los problemas en serio?
Responde sin tapujos:
“En parte sí. Es un gobierno que se ha decidido imponer un modelo de desarrollo, un modelo tomado de los acuerdos internacionales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCD) y el Fondo Mundial (FM), con sede en Ginebra, Suiza, los dos imponen sus normas y criterios.
El padre Gonzálo Ituarte considera que los problemas no se están manejando con habilidad política, hace falta la visión de hombres de Estado, tanto federal o estatal.
Se insiste: ¿Es un problema profundo, pero hace falta trabajo político, tanto federal como estatal, para evitar la violencia?
“Hay grupos que son violentos, son organizaciones ya establecidas o tienen alguna vinculación con grupos históricos llamados paramilitares?
“Me tocó ver una fila de jóvenes, envalentonados caminando desde la zona del Cerrillo (en SCL), que es donde los cruce, que iban hacia la nueva presidencia municipal a una manifestación. Iban recogiendo piedras en el camino, iban agarrando palos y llevaban cuchillo y varillas.
Los grupos violentos que aparecen tienen privilegios, no son encarcelados, no son perseguidos o los encarcelan y los sueltan. Hay ahí un campo de grupos de choques para desprestigiar a los movimientos sociales o para intimidad.
También tengo la convicción que los resabios de la guerra de baja intensidad, la contrainsurgencia, la creación de grupos paramilitares para privatizar la guerra, en el 94, el mecanismo fue poner a pelear indígenas contra indígenas y comunidad contra comunidad evitando enfrentar a policías o al Ejercito mexicano, el cual fue el modelo contrainsurgente en el 94 para desaparecer al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
¿Cuál es la posición de la iglesia católica?, se inquere.
“Los obispos de San Cristóbal y los obispos de Chiapas han insistido en que el único camino es el dialogo. No necesaria mente en un dialogo todo se tiene que ceder o todo se tienes que perder, pero el dialogo es el único camino. No puede ser la represión ni la violencia.
La postura de los obispos es exhortar al dialogo, buscar que no se afecten derechos de terceros, entender que sí están en juego cosas muy importantes para la gente.
Multimedios Ámbar
Al pie del Cañón
RunRún
Fuente: Iglesia Católica.
Edición: Juan Balboa.
20 de diciembre 2021.